El Caso de August Ames (parte 2)

Tras el artículo anterior en el que había descrito muy por encima, lo sucedido con la actriz August Ames, me gustaría reflexionar sobre lo ocurrido.

Para empezar voy a expresar algo que creo que cualquier ha podido pensar:

¿Estos son los que defienden las minorías?

Pues vaya panda de hijos de ….

Lo siento, no se puede ir con aquello de defender los derechos o colectivos, y luego, cuando pasa algo que no gusta, poner el piloto automático y lanzarse salvajemente a insultar y herir.

Y es que lo descrito en las noticias, se puede ver deducir  es un deseo de destruir, de acabar con la otra persona, de hacer tanto daño con las palabras que parece que se quiere que éstas traspasen la pantalla hasta llegar a la otra persona y herirla.

¿Y qué pasa si la persona no aguanta? ¿O no tiene la capacidad de poder ignorar el chaparrón de insultos? ¿Dirán que si no aguanta es cosa suya? ¿O qué se les ocurrrirá a todos los que han participado?.

En este punto es interesante la cantidad de excusas mentales que se inventan automáticamente con tal de no asumir en su mente, que han participado en algo terrible. Pero hay que decirlo, han participado, y que bien se podría aplicar aquello de: entre todos la mataron y ella sola se murió.

Ahora, con un poco más de calma, podemos plantearnos las siguientes preguntas:

– ¿Estas personas son o se creen defensoras de una minoría?

– ¿Son parte de la minoría?

La respuesta es sí a ambas preguntas, aunque mi intuición me dice que no son el único grupo.

¿Son todos de los colectivos así?. No, por suerte dentro de esos grupos existe una gran cantidad de personas que no traspasan ciertos límites. Que pueden ser activistas, pueden ser simpatizantes, pero que no creo que practiquen o estén de acuerdo con lo que se ha hecho.

También es verdad que esto es una presunción, igual me equivoco y en su fuero interno se alegran todos.

La primera lección de este asunto, es que una supuesta minoría y sus simpatizantes, pueden ejercer la violencia psicológica abiertamente.

De hecho, la violencia psicológica, se puede manifestar de muchas maneras, y también se ha percibido desde siempre que la violencia psicológica, por el hecho de no producirse físicamente, es “menos” violencia.

Es más, en otros casos, en los que no se ha terminado de una forma tan trágica, tengo la sensación de que públicamente no se reconoce este tipo de actos, pero a nivel personal no sabría decir qué porcentaje estaría de acuerdo con estas prácticas.

Me imagino a los simpatizantes de estos grupos, intentando suavizar  lo ocurrido a través del lenguaje (sólo se la ha criticado, no se la ha insultado), o cargando de culpa a la otra parte (seguramente tenía ya problemas psicológicos, o no sabe aceptar las críticas y se ha hundido). Y la razón de por qué dirían esto no es que fueran testigos o buenos conocedores del asunto, sino que criticar a los que han hecho eso, significa en cierta manera criticarse a sí mismos y también porque se tienen que ver a sí mismos como los «buenos» y dibujar de cualquier manera lo ocurrido como algo accidental, o puntual que no se puede generalizar.

También supongo que estas mismas personas, han pensado en algún momento descargar sus enfados sobre alguien, o sentido la tentación de hacerlo, o descubrirse que esto ya lo habían hecho anteriormente.

Sin embargo, todo esto son disculpas para no asumir lo que se ha hecho, y no reconocer que esas «personas» se pueden convertir en «monstruos».

Fuente de la foto: Wikimedia Commons. Licencia CC-BY-SA 2.0